Campaña antialcohol

Por allá en los años veintes, en los Estados Unidos estaba tan extendido el alcoholismo que representaba una verdadera preocupación para esa sociedad. Fue por entonces que se aprueba la llamada Ley Volstead o treceava enmienda a la Constitución Política de los Estados Unidos.

      Dicha ley prohibía la producción y el tráfico de alcohol para beber, es decir, todo tipo de bebidas alcohólicas, incluyendo la cerveza aunque el objetivo principal era el Whiskey porque esa era la bebida favorita de los americanos.

      La Prohibición, como usted lo recordará de sus clases de historia, lo único que ocasionó fue la formación de un poderoso crimen organizado en torno al intenso tráfico de alcohol en esa década. Son todavía legendarios los nombres de Al Capone y de su perseguidor, Eliot Ness. Las balaceras, las disputas entre bandas, la corrupción policiaca (casas todas muy familiares para nosotros) eran cosa de todos los días, particularmente en Chicago.

      A pesar del frontal combate al crimen organizado llevado a cabo por todas las policías locales, estatales y federales, nunca como en esa ápoca se consumió tanto alcohol en los Estados Unidos.

      La campaña anti alcohol no se redujo, sin embargo, sólo con balas ni a la fuerza. Se usó de todo. La foto que ilustra este texto es un promocional en el que algunas señoras se retrataron juntas para una campaña en contra de la bebida. El texto en Inglés del cartel decía: “Labios que toquen licor, no deberán tocar los nuestros”. Es decir, una huelga de amor de parte de las señoras para que los señores se alejaran de ese vicio tan denostado.

      Sin embargo, viendo las damas que componían el cartel uno se pregunta con toda sinceridad: ¿Era una amenaza para que dejaran de tomar o una invitación a seguirlo haciendo? Vea usted la foto y decida…

Compártelo: