Hemos preguntado a mucha gente que imparte clases en las universidades de Sonora (Unison, Itson, ITH, UTH, Cesues, Itesca, UVM) y hemos encontrado una cosa acalambradora: que los estudiantes no leen. No leen ni siquiera lo que se supone que tienen la obligación de leer, muchos menos las lecturas que la gente hace por el puro placer de leer. Los estudiantes (¡vaya paradoja!) no gustan de leer y eso es como si al profesor no le gustara enseñar, al político no le gustara llegara a acuerdos, al gobernante no le gustara gobernar, al trabajador no le usara trabajar y al empresario no le gustara emprender.