“El Estado moderno no es más que un comité administrativo al servicio de la burguesía… La burguesía ha hecho de la dignidad personal un simple valor de cambio. Ha sustituido las numerosas libertades, tan dolorosamente conquistadas, con la única e implacable libertad de comercio. En una palabra, en lugar de la explotación velada por ilusiones religiosas y políticas, ha establecido una explotación abierta, directa, brutal y descarada.” (Marx & Engels. Manifiesto Comunista)
No es que uno quiera caer en los viejos esquemas utilitaristas que le otorgan al Estado el simple estatus de órgano administrador de intereses económicos y abandonar las más amplias y respetables teorías de la moderna ciencia política, pero hay circunstancias en que los propios gobernantes ejercen una comunidad de intereses con quienes lo poseen todo al costo de que los demás no posean nada, que parecen empeñados en dar la razón a esas teorías esquemáticas. Digo esto porque con un descaro, una desvergüenza y un cinismo sin límites, los diputados eliminaron lo mejor de la reforma laboral para satisfacer los oscuros intereses de los líderes sindicales. En esa lucha se hermanaron líderes charros y neocharros, “democráticos” e “independientes”. Es una desproporción llamarle PRIAN a la conjunción del PRI y el PAN, pero en este asunto se vieron tan hermanados que parecían uno, unidos por los doce años de abstinencia presupuestaria del “Nuevo” PRI y la inminencia del desamparo del (este sí) nuevo PAN.