Tenga en cuenta estas tres imágenes que surgen inmediatamente después del triunfo de la selección mexicana sobre la alemana en el mundial de futbol de Rusia. PRIMERA, un grupo de mexicanos que andan allá se llenan de euforia y queman la bandera alemana. SEGUNDA, en Bremen, al norte de Alemania, un grupo de mexicanos ve el partido en un bar lleno de alemanes. Cuando concluye, a los mexicanos se les notaba la emoción y todos los alemanes les aplaudieron ruidosamente solidarizándose con el triunfo de los nuestros. TERCERA. En el patio de su casa, una familia alemana iza la bandera mexicana para honrar a la familia de al lado porque es de México; hay vivas y aplausos a nuestro país.

Con profunda vergüenza observamos que lo naco, como la Cerveza Corona, no conoce fronteras… ni niveles sociales, porque los que andan allá son personas que tienen para pagar un viaje así, son juniors de la dizque clase “dirigente” del país. Y lo peor es que no es un caso aislado. A donde van, sobre todo en eventos de ese tipo, los mexicanos andan haciendo el oso. No sabemos cómo esta misma gente que se queja de todo, muchos hasta dicen que quieren cambiar el país, si no sirven más que para andar dando pena ajena… La conclusión es que estamos años luz de ser una nación civilizada.

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