“NO NOS CONFUNDAN, NO SOMOS IGUALES. ESO SÍ CALIENTA” (el Presidente Andrés Manuel López Obrador refiriéndose a la mafia del poder). Y sí es cierto, no son iguales porque siempre hay unos que son más iguales que otros. Al respecto, unas viñetas:

  1. Si el juez Felipe de Jesús Delgadillo Padierna es sobrino de Dolores Padierna, entonces lo de Rosario Robles es un asunto político-familiar. Porque Dolores (influyente diputada de Morena en la actual legislatura) es la esposa de René Bejarano (el llamado señor de las ligas que encarcelaron porque aparece en un video haciendo la famosa “transacción” de los paquetes de dólares). Los videos eran propiedad de Carlos Ahumada (que, decían, tenía videograbada a media clase política mexicana). Carlos Ahumada tenía entonces una relación sentimental con Rosario Robles. Y aquí se cierra el círculo. Que Rosario, como todos los funcionarios del peñismo, se sirvieron con el cucharón del pozole, no hay duda. Pero las torcidas leyes mexicanas (que encarcelan raterillos y sueltan a los grandes ladrones), dicen que el peculado (como se llama el robo del dinero del estado) no es delito grave. A pesar de ellos, el Juez F. de J. D. Padierna buscó hasta donde pudo algún pretexto para dejar a Rosario en el tambo, por lo menos dos meses. ¡Y eso que la venganza no es lo de ellos!
  2. A Josefa González Blanco Ortiz Mena, la que detuvo un avión comercial porque se le estaba haciendo tarde aprovechándose de que era secretaria del medio ambiente y recursos naturales, no la corrieron porque eso sea una corruptela, sino porque era imposible cubrirla. La señora González proviene de dos familias muy poderosas en México. Por un lado, del cacique chiapaneco-tabasqueño Tomás Blanco Garrido Canabal. Es hija de Patrocinio González Blanco, que fue secretario de gobernación de Carlos Salinas de Gortari. Por el otro, proviene de Antonio Ortiz Mena, artífice del Desarrollo estabilizador en los sexenios de Ruiz Cortinez y López Mateos, proyecto que es una de las cosas más añoradas por el actual presidente.
  3. Rosalinda López Hernández, la directora del SAT, es parte muy destacada de la familia 4T. Ella es hermana de Adán Augusto López Hernández, gobernador de Tabasco, y esposa de Rutilio Escandón Cárdenas, gobernador de Chiapas.
  4. La secretaria de la función pública, Eréndira Sandoval, esa que dice que el pueblo sabio es más sabio que todos los doctores del mundo, incluyendo los de Harvard, MIT, Cambridge, etc., cuantimás que los de la UNAM, el Poli, la UAM, el ITAM, el Tec de Monterrey y la Unison, es esposa de un tal Ackerman, que no duda en distorsionar las cosas para contribuir al relato (con otros datos) de la cuarta transformación. Ahora, este Ackerman tiene un programa en el Canal 11 donde, dicen los que saben (yo no he visto el cheque), gana muy bien.
  5. Por último, la muy joven secretaria del trabajo, Luisa María Alcalde Luján, es hija de Bertha Luján, una de las muy fuertes aspirantes a dirigir Morena, e hija de Arturo Alcalde. Esta es un final optimista porque Arturo es abogado del SITUAM, sindicato que después de tres meses de huelga no obtuvo más que lo ofreció la 4T a todos, el 3.25%.

Ahora bien, Felipe de Jesús, Josefa, Rosalinda, Eréndira y Luisa María deben tener sus méritos (no debe cargarse en las personas los pecados de los padres y familiares), pero como que hay mucha familiaridad para un régimen que detesta la corrupción y el nepotismo. Salvo que en el gobierno tengan otros datos.

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