1) El país agobiado por la pandemia del coronavirus.
2) La economía en proceso de reducirse hasta un 10%.
3) Pérdida de millones de empleos, lo que empuja la pobreza hasta 70 millones de personas.
4) El país en un baño de sangre, los feminicidios hacia arriba y la impunidad de la delincuencia a todo lo que da.
5) La corrupción, convertida en una consigna justificatoria, tan campante en los ámbitos cotidianos de la gente común…
Pero el presidente dedica minutos preciosos de su investidura a revelar que hay un documento (al parecer inventado en Palacio Nacional) en el que “denuncia” que unos opositores del quieren quitar el poder venciendo al partido ahora oficial en las próximas elecciones.
Los opositores han sido unos inútiles y no han logrado defender ni siquiera sus propios intereses, pero el presidente les da fama y presencia pública.
El documento (que se ha ganado la chunga del respetable) recuerda el libelo titulado “Danny, el sobrino del Tío Sam” con el que el gobierno de Luis Echeverría quería desprestigiar a su crítico, don Daniel Cosío Villegas.
Está a un tris, el señor presidente López Obrador, de usar una mañanera para denunciar ¡que sus adversarios comen, cagan y mean!

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