Ahora que ha revivido el debate por el Acueducto Independencia, van algunos datos.
Sonora puede captar anualmente unos 8,600 millones de metros cúbicos (mmc), la mayoría en la cuenca del río yaqui.
De acuerdo con el decreto presidencial de 1938, a la tribu yaqui le corresponde la mitad la captación real de la presa de la Angostura, cuyo promedio anual, según un registro de 20 años de Conagua, es de 500 mmc.
A la tribu yaqui le corresponderían 250 mmc, pero solamente se le entregan 150 mmc. Las autoridades arguyen un problema técnico: que el canal que lleva el agua a las comunidades no tiene más capacidad, pero es en realidad un problema político porque, si quisieran, hace mucho tiempo que ese canal se hubiera ampliado. ¿Quién se queda con esa agua? Pues los agricultores del valle del yaqui.
El Acueducto se llevará solamente el 0.5% del agua del Novillo (unos 100 millones de metros cúbicos al año), pero el abasto para Hermosillo se podría obtener simplemente reduciendo el desperdicio de agua de la agricultura de la región.
El conflicto real es entre dos poderosos grupos económicos: los de Hermosillo y los de Cajeme. La tribu yaqui no tiene vela en ese entierro. Su objetivo debería ser la recuperación de los 100 mmc y de los escurrimientos del río yaqui, lo que restauraría el equilibrio ecológico hoy perdido.
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