En el viaje que hoy emprende el presidente a los Estados Unidos, deseo profundamente que nos sorprenda y que nos dé un motivo de orgullo patrio, como nos lo dan los deportistas.

La experiencia no augura nada bueno. Como chamaco de secundaria, que le teme a los grandulones, pero se ensaña con los más chiquillos, Andrés Manuel ha sido abusivo con sus críticos, pero condescendiente hasta la ignominia con Donald Trump.

Ese sometimiento le da vigencia a la carta que Richard Lansing, Secretario de Estado de los Estados Unidos, escribió en 1924: “México es un país extraordinariamente fácil de dominar porque basta con controlar a un solo hombre: el presidente”… Tenemos que abandonar la idea de poner en la Presidencia mexicana a un ciudadano americano, ya que eso conduciría otra vez a la guerra… [dominado el presidente] harán lo que queramos, y lo harán mejor y más radicalmente que lo que nosotros mismos podríamos haberlo hecho”.

Pero nunca es tarde para corregir. Los simples mortales creemos que los enfrentamientos entre políticos son como los pleitos callejeros, que con una trompada se arreglan, pero no tenemos ni la más remota idea de cómo son los conflictos en las ligas mayores de la política. Sin embargo, espero que las circunstancias, las ideas y las habilidades se alineen y que la enorme capacidad del presidente para polemizar ponga en su lugar al energúmeno de Donald Trump.

Compártelo: