La detención de Salvador Cienfuegos, ex Secretario de la Defensa Nacional, tiene por lo menos las siguientes dos implicaciones.
Primera: que el Ejército en pleno debe ser revisado porque es muy improbable que solamente el General estuviera implicado en el crimen organizado. Eso se infiere de la existencia, por un lado, de la cadena de mando y, por otro, de que nadie invocó el Reglamento General de Deberes Militares.
La cadena de mando impide que un oficial de la clase (excepto el cabo) le dé órdenes directas a la tropa. Se entiende que eso de que lo acusan los gringos (apoyo a bandas criminales, lavado de dinero y traficó drogas a los Estados Unidos), el General no lo pudo hacer solo.
El Reglamento General de Deberes Militares prohíbe que den órdenes contrarias a las leyes (artículo 4), pero los miembros del Ejército tienen el deber de rehusar todo compromiso que implique deshonor (artículo 43). Ningún militar invocó el artículo 43.
La segunda implicación es que los gringos no le tienen ni la más mínima confianza a los mexicanos. Las investigaciones contra el General empezaron en agosto de 2019 y el Gobierno de México se enteró el día de la captura. Así que por ningún lado que se le vea, esa captura se puede atribuir a la 4T. Incluso, creo que los tomaron por sorpresa.
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